Toda sociedad contemporánea esta compuesta de dos elementos fundamentales, su pueblo y sus instituciones. Toda institución consiste en agrupaciones de individuos regidos por objetivos comunes y por ende, toda institución es primordialmente personas. Las instituciones controlan de cierta manera los pueblos, para el beneficio de los mismos pueblos (en teoría).
Toda institución esta compuesta de líderes y de seguidores institucionales. Todo esto resulta en que en cualquier sociedad estructurada, existen personas (lideres) que dirigirán no solo sus colaboradores dentro de su institución, sino también al pueblo en general. Un ejemplo obvio de esto es un gobierno.
La enfermedad que se declara como pandémica (con presencia amplia en todo el mundo) y crónica (este mal a perdurado durante toda la historia del hombre) denominada “Vértigo del Poder” afecta a aquellas personas que son dirigentes institucionales, o que aspiran a serlo.
Los síntomas del vértigo de poder consiste en la conjugación de varios o todos los padecimientos siguientes:
1) Amnesia Selectiva: Se les olvida a estos lideres, los ideales que los llevo a su posición de poder.
2) Miopía Egocéntrica: Su visión se acorta paulatinamente hasta llegar al punto que solo ven lo que les conviene a su propósito personal.
3) Avaricia Adictiva Acrecentante: Este síndrome, también conocido como triple “A” consiste en la adicción psicológica basada en la siguiente premisa; “Entre mayor poder obtienen, mayor poder requieren para mantener su sentir de acrecimiento del ego”. Esta adicción al poder es más potente que los psicotrópicos, la cafeína y la nicotina.
4) Empatía Degenerativa: La capacidad de visualizar estar en los zapatos de sus representados se degrada rápidamente siendo esta reemplazada por solo ver los intereses de su ego.
5) Síndrome del Egocentrismo: Estas personas llegan a pensar que son ellos indispensables en el mundo y que el mundo gira alrededor de, y a favor de ellos.
6) Perdida de Sentidos: Estos sujetos parecen de una condición psicosomática consistente en la perdida del sentido del oído y aun peor, se les degenera el sentido mas importante, el sentido común y el raciocinio basado en la ética. Estos sentidos son reemplazados por un acrecentante voz interior dominante que solo busca el beneficio propio valiéndose de justificar sus acciones mediante la distorsión de la ética y moral.
7) Padecimiento de Presencia Crónica Postmortem o PCP: Los individuos con este padecimiento pretenden que una parte de sus acciones necesitan crear una legacía, o una huella en la historia, para mantenerse de esta manera, vivos en la mente de los descendientes de sus sujetos para la prosperidad de la humanidad.
Síndrome de Reemplazo de Jerarquía de Valores o RJV: El síndrome de RJV consiste en el paulatino reemplazo de la jerarquía de valores que rige la conducta del sujeto por otro conjunto de valores; primordialmente consistentes en yo, yo, yo. Los valores de los hombres de bien, como la verdad, el amor al prójimo, la justicia y la familia, se reemplazan por valores de alimento del ego. Este síndrome también es conocido coloquialmente en algunos ámbitos como el síndrome de Duncan, o síndrome del yo-yo.
Este fenómeno de enfermedad psicológico generado por la colocación de un individuo en una posición de poder dentro de una institución, es el causal raíz de todos los males de las sociedades contemporáneas del mundo. Al lograr eliminar que nuestros dirigentes contraigan este mal degenerativo del funcionamiento cognitivo cerebral, habremos eliminado 8 de los 10 pasos requeridos para salvar nuestro mundo.
Dejemos de perder el tiempo y esfuerzo empleado en temas superfluas tales como “este partido es mejor que aquel” o “este candidato es mejor que aquel otro” lo cual resulta en pura retórica barata, y conjugamos nuestros esfuerzos para encontrar un antídoto efectivo e universal para combatir el “Vértigo del Poder”.