No me refiero a que crea que la Virgen que nos impuso el extremeño Cortés sea milagrosa.
El milagro es que el Clero se haya dignado a hacer algo por la infancia perinatal y prenatal.
El otro día tuve que arreglar un asunto cerca de la Villa y pasé al cerro del Tepeyac a ver el museo
de pinturas. Se me ocurrió echar un vistazo en las capillas y encontré que junto a la figura de
Juan Diego (ya santo), se hallaban estatuillas de fetos y una disertación contra la píldora
blastocistida. Vaya: hasta que se deciden a medio enfrentar a la Izquierda.