PRI: Va el IVA

Nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar
Elliot Gould

QUE DICE SU mamá que siempre sí.

Que hay que apoyar al señor Felipe Calderón, quien recién diera espectacular golpe de mano y --por si las recochinas dudas-- hay que hacerse a un lado.
A su lado, claro está. No vaya a ser “la de malas” y...

Que entonces sí. Que el IVA va. Que asumirán los priístas su papel de “corresponsables”. Y que para que el país no se acabe de ir al hoyo, ayudarán a sanear las finanzas públicas, no le hace que las de los contribuyentes acaben sepultadas.

Se ofrendan a la causa.

También sacrifican el contenido de sus “documentos básicos”: programa, ideario, principios, líneas de acción, bla, bla, bla…
E inmolan a los electores de cuya mano depende si regresan a Los Pinos o permanecen otros seis años cual patiños o comparsas.

Desde la mañana del martes, en efecto, y luego de que en la noche de este lunes 12 la cúpula del tricolor –Paredes, Rojas, Beltrones, los gobernadores-- se reuniera por segunda ocasión en búsqueda de consensos sobre el tema, comenzó a circular la especie de que las bancadas legislativas del que alguna vez fuera Revolucionario y hoy ya no es siquiera Institucional se inclinarán –nunca mejor empleado el término-- por la aprobación del llamado “paquete fiscal” casi en los mismos términos en los que fuese enviado por el señor Calderón, a través del servicio de mensajería Carstens & Carstens.

De acuerdo a tales filtraciones, los jerarcas priístas que, excepción hecha de Beltrones, han condenado una y otra vez la pretensión calderonista de que el fisco hinque sus dientes en toda la población, a través de un impuesto generalizado del 2% a todos los consumos –incluidos alimentos y medicinas--, ya no ven tan mal a esa disposición tributaria y, en una de esas…

Fíjese usted, por ejemplo, en las declaraciones de los priístas más conspicuos, con las que pretenden “tantalearle” el agua a los camotes… que luego nos harán tragar a todos los mexicanos.

Ya le bajaron el tono.

Porque, además, de aquí al próximo lunes van a “consensuar” entre ellos cómo presentar al respetable su muy explicable viraje.

Tarea ingrata –muy similar a la que tuviese aquella bancada liderada por Roque Villanueva, hace 12 años--, la de castigar todavía más a la de suyo indefensa población nacional. Tarea que, además, no recibirá aplausos, sino abucheos y, lo peor, votos anti-PRI en los próximos comicios estatales y los ansiados federales del 2012.
Conocer cómo les torció la mano a los priístas el ocupante de Los Pinos no es difícil.

De hecho, la reunión del martes que dizque para explicar a una decena de reconocidos militantes del PRI el asunto de Luz y Fuerza y del SME, habría tenido como objetivo real el tema fiscal.

Y es que, ¿por qué el encuentro del señor Calderón con los gobernadores de Durango y Tamaulipas, por ejemplo, y no con los de Hidalgo, Estado de México, Morelos y algún representante de Marcelo Ebrard, entidades que son escenario de los efectos del “decretazo” del sábado anterior? ¿Quiénes son los que merecen explicaciones? ¿Los del norte geográfico? ¿Los del centro del país a los que servía LyF?
En lo oscurito, pues, se cocina el viraje del PRI con respecto al IVA.
La próxima semana ¿se consumará?

Índice Flamígero: “¿Qué representa simbólicamente un sindicato?”, pregunta esta ocasión el psicoanalista social José Antonio Lara Peinado: “Un sindicato representa unión, grupos, colctivos, derechos humanos. Sin embargo el sistema neoliberal y la gente en el poder requiere de individualismos, de egoísmo, de apatía. Un sindicato es una piedra en el zapato para el poderoso. Es la representación de que el poder requiere del pueblo. Si por los empresarios fuera, utilizarían solo maquinas. Sin embargo, a decir verdad, una maquina no aguantaría la explotación a la que se somete al trabajador mexicano. Un sindicato representa reconocimiento de iguales. Por eso el poderoso no lo soporta. En tanto su delirio de grandeza no puede soportar que alguien le exija y le haga ver que él no es nada sin los trabajadores. Un sindicato representa relación con el pueblo. Por eso el poderoso se siente agredido, en tanto los políticos actuales han dejado de ser representantes del pueblo para convertirse en representantes de su pueblo neoliberal donde solamente caben magistrados, empresarios, televisión, etc... El Sindicato Mexicano de Electricistas está siendo destrozado por los medios y comunicadores que bien conocen las artimañas de la manipulación social. Cual abejas en la miel, muestran sin la más mínima vergüenza el desprecio por la gente humilde. Destrozar y descuartizar, tales son los fines de la televisión y de los políticos para con el SME. Hemos de recordar que destrozar y descuartizar son dos cuestiones vividas por niños que en un futuro se convertirán o en psicóticos o en psicópatas. Tristemente, para nuestra mala fortuna, muchos políticos actuales se convirtieron en lo segundo.”