El siguiente texto fue escrito por el gran escritor mexicano "Celerino Salmeron" en su libro "Las traiciones de Juárez". Además de las siguientes líneas se encuentran múltiples tratados firmados y celebrados por el gobierno de Juárez, con potencias extranjeras, sobre todo con EUA.
Estos tratados son de irrefutable autenticidad y han sido reconocidos por escritores liberales.
En ellos se despliega flagrantemente la personalidad traidora de" Don Benito Juárez", vendiendo enormes extensiones de territorio a los EUA y comprometiendo indignamente nuestra soberanía, obsequiando a cambio del reconocimiento como presidente de México o de fuertes sumas de dinero (o de armamento) Y las facultades para convertirnos en una colonia mercantil, porque concedía derechos ilimitados tanto para la explotación de nuestros recursos como para la intervención militar por parte de los gringos.
Toda nuestra decadencia como nación comienza con la intromisión de la masonería en nuestra vida nacional, pero sin duda llega a su cima más alta con el gobierno de Juárez, que fue uno de los más antimexicanos y aberrantes que le toco vivir a México.
Esperemos que la idolatría absurda que se le rinde a "Juárez" algún día caiga ante los ojos de los mexicanos, y se nos quite por fin la mala costumbre de admirar a nuestros traidores y de despreciar a nuestros libertadores.
LAS TRAICIONES DE JUAREZ
“Don Celerino Salmeron”:
Primera falsedad.- Se afirma, y por eso se le admira, que Juárez por sus meritos propios, de indio cerrado que era, se convirtió en hombre de letras, causa por la que recorrió con velocidad meteórica la escala burocrática, desde simple regidor de ayuntamiento, hasta presidente de la republica. ¿Esto es absolutamente cierto? Además de ser esto una mentira, es una injusticia, porque se desconoce intencionalmente que fue la iglesia católica quien saco a Juárez de la indigencia; que de indio bárbaro y analfabeto que era, la iglesia lo elevo a persona civilizada.
Por la gran caridad de la iglesia, Juárez aprendió a hablar español, traducir el latín, conocer la belleza de la preceptiva literaria, ejercitar los vigorosos razonamientos de la filosofía y penetrar en la grandeza de la teología. La iglesia civilizo a Juárez enseñándole a calzar zapatos, y vestir de chaqueta y pantalones en vez de andrajos, la iglesia enseño a Juárez a comer sobre mesa y con cuchara, de lo contrario, el lo hubiera seguido haciendo con los dedos y en cuclillas.
Segunda falsedad.- se cuenta que Juárez era de una inteligencia superior. Juárez era mediocre intelectual t culturalmente, confiesa Cerecero, citado por Justo Sierra. Como político jamás fue orador siquiera mediano. No hablaba, no reía, y hasta escribía con cierta dificultad.
Tercera Falsedad.- Se admira a Juárez por su constancia. ¿Por si constancia en qué? ¿Por esperar siempre impasible su salvación y protección de los estados unidos y por permanecer quince años en el poder sin hacer nada? Habría que admirar por lo mismo al Popocatepetl, que ha permanecido algunos miles de años en su mismo sitio, por lo menos lanza de cuando en cuando fumarolas.
Cuarta falsedad.- a Juárez se le admira porque se le supone siempre irritado contra los abusos del clero de que tanto se habla y contra las prácticas religiosas nuestras. Desde que escalo los primeros puestos de burócrata hasta antes de ser presidente de la republica, Juárez manifestó siempre ser católico practico. Asistía públicamente a procesiones con los brazos en cruz y musitando oraciones tras el santísimo sacramento; exhortaba a los empleados de gobierno de Oaxaca a que hicieran penitencia, se confesaran y comulgaran para implorar el auxilio divino para que cesaran ciertas calamidades que por aquellos días se cernían sobre aquella ciudad, y se dirigía por escrito a los ayuntamientos oaxaqueños, siendo gobernador, recomendándoles que exigieran a los fieles cristianos el pago exacto a la iglesia de los diezmos y las primicias. Fue después, en Nueva Orleáns, donde la masonería le lavo el cerebro y lo convirtió en apostata y en feroz perseguidor de la iglesia católica de quien había sido antes tierno y sumiso feligrés.
Quinta falsedad.- a Juárez se le exalta de la categoría de genio por que se afirma que el es el autor de las leyes de reforma. Ni a Juárez ni nadie de los juristas invento esas leyes. Los principios en que se inspiran las mal llamadas leyes de reforma, le fueron dados a Valentín Gómez Farias, para que los aplicara en México, en la junta Anfictiónica de Nueva Orleáns (logia masónica), desde septiembre de 1835 a Juárez le toco aplicar esos principios y con el nombre de leyes de reforma, solo como instrumento, por un designio de la diosa casualidad.
Sexta falsedad.- se bendice a Juárez porque separo el poder civil del eclesiástico. Juárez, con las leyes de reforma, ninguna separación de poderes hizo. Sometió brutalmente a la iglesia, al poder del estado, lo que es otra cosa, pues eso no es separación sino sumisión de la primera al segundo. Es mas, Juárez intento organizar una iglesia cismática mexicana, una vez que consiguiera separar al clero de la obediencia de sus Obispos. Para tal objeto Juárez, en 1859, colmo de poderes al padre Rafael Díaz Martínez para organizar la iglesia deseada, cuyo jefe o papa seria el presidente Juárez. No obstante el sonado fracaso que se obtuvo, en 1868 “apareció una ‘iglesia mexicana’ dirigida por un comité laico”.
Séptima falsedad.- Se glorifica a Juárez por su gran apego a la legalidad. ¿A cual legalidad? Juárez permaneció 15 años en el poder sin que ni una sola vez la nación lo eligiera como presidente, pasando sobre la legalidad de la constitución que decía defender y que estrictamente establecía cuatro años para el poder ejecutivo. Juárez salio de la republica en 1858, rumbo a Panamá, la habana y los estados unidos, pasando sobre la legalidad constitucional que prohibía saliera el presidente del país, sin previa autorización del congreso.
Octava falsedad.- se atribuye a Juárez una gran serenidad producto de un gran valor. El nigromante pinta así el temerario valor de Juárez:
“Lo fuimos a buscar al confín de la nación, donde se había ocultado, en cuclillas, palpitante bajo los pliegues de una bandera extraña, mientras los buenos mexicanos median sus armas con el invasor…”
Novena falsedad.- se atribuye a Juárez la salvación de México, a causa de la intervención francesa que actualmente ha estado cumpliendo cien años. Los estados unidos mediante amenazas y mediante una fuerte presión diplomática abierta contra Napoleón III en aquellos años, lanzaron de aquí al ejército francés desde 1865. Después, y a empujones, enviaron a Juárez bien custodiado por técnicos de guerra norteamericanos, cargado de dinero y de pertrechos de guerra de las misma nacionalidad, para aniquilar a Maximiliano y al partido conservador.
Décima falsedad.- se admira a don Patricio por su incorruptible patriotismo y por su intachable prestigio como defensor de la soberanía nacional. ¡Es ejemplo único de patriotismo! Gritan sus clanes revolucionarios ¡Esto es lo peor! ¡Juárez jamás ceso de colocar la soberanía de México a las plantas de Estados unidos!
¿Por cuál de las falsedades enumeradas, pues, se venera a Juárez como “benemérito”?